ENCICLOPEDIA DE QUINTANA DE LA SERENA "J"
JABALEROS
JUAN “EL DE LAS MÁQUINAS
JUAN “EL SARGENTO”
JUANILLO “El CAMPANERO”
JUANITÍN
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ, Calle
JUAN XXIII, Calle
JUEVES DE COMPADRE
JUAN “EL SARGENTO”
JUANILLO “El CAMPANERO”
JUANITÍN
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ, Calle
JUAN XXIII, Calle
JUEVES DE COMPADRE
JUNCO
JABALEROS.- En la tradicional fiesta de la Cruz de Mayo se colocaban en la calle unos muñecos confeccionados a base de ropajes rellenos de paja que recibían el nombre de jabaleros. Actualmente, esta costumbre se encuentra perdida, pero suelen aparecer en los últimos años de forma aislada en alguna calle, como en un intento de recuperar esta vieja tradición. Concretamente, en la confluencia de las calles Lanchas Bajas y Nuestra Señora de los Milagros varias vecinas llevan algunos años confeccionando la cruz y un jabalero. Recogida por Casco Arias en el último capítulo de su libro y en el apartado dedicado a “Diversiones”, donde nos dice: <<La fiesta de la Cruz de Mayo, que se celebra el día 3, es tradicional; en numerosos hogares se levantan cruces profusamente adornadas con flores y simultáneamente aparecen los “jabaleros” en las calles, que son grandes muñecos de paja o de trapo en diversas actitudes, algunas de mal gusto>> (Casco Arias, 1961: 297).
2. Jabalero, es recogido en la Chachopedia como <<Persona poco presentable, sucia y de aspecto desagradable: “!Anda, que menudo jabalero estás hecho!”>>.
JUAN “EL DE LAS MÁQUINAS”.- Apodo por el que era conocido Juan Pedro María de San Félix Ortiz-Quintana y Miguel-Quintana. Médico, casado con Rosalía Gómez-Coronado y Barquero de Murillo. Padre de Juan Ortiz y Gómez-Coronado, licenciado en Derecho, casado con María del Carmen de Elejoste y Astarbe, y abuelo de Juan María Félix Ortiz-Coronado y Elejoste, licenciado en Derecho, casado con María Isabel López y Sarriá. La calle peatonal que se encuentra junto al parque Nuevo lleva su nombre: calle D. Juan el de las Máquinas. En esta misma calle y en lo que era un solar con el número 10, construiría una casa en el año 1990 -tal y como se indica en el dintel de la portada: “Fecit J. Ortiz Coronado 1990”- su nieto, Juan María Félix Ortiz-Coronado y Elejoste.
Don Juan Ortiz-Quintana y Miguel-Quintana, construyó en el año 1898 la casa de la calle Abajo, número 3 (actualmente, Casa de la Cultura). Sus actividades industriales quedaron reflejadas en la panadería cuyo anuncio aún podemos ver en la fachada lateral de este edificio, y que ocupaba el actual Auditorio; así como, la antigua tenería ubicada en el edificio que alberga la biblioteca municipal.
JUAN “EL SARGENTO”.- Nacido en Quintana de la Serena en 1904. Carpintero. Hijo de José Lucio Murillo y Petra Barquero. Casado con Juliana Tejado. El apodo de “Sargento” lo heredó de su padre que había sido sargento del ejército en Cuba y de la Guardia Civil en España (Chacón, 2011: 85). Intervino en las reparaciones de la iglesia durante los años cuarenta, por eso se le considera uno de los cuatro “Juanes” por los que es conocida popularmente la torre de la iglesia, “Torre de los Cuatro Juanes”: don Juan Rangel, el cura; Juan Quirós, Juanitín, maestro de obras; Juan el Sargento y Juan el Campanero. Tuvo la carpintería en el actual número 17 de la plazuela de la Concepción.
JUANILLO EL CAMPANERO.- El viejo oficio de tocar las campanas (tocar a misa, doblar por los difuntos, llamar a fuego, etc.), hoy desaparecido, fue ejercido en nuestro pueblo por un personaje tan entrañable como Juan Romero Murillo, más conocido por Juanillo el Campanero. En palabras de Pedro Rodríguez, era un enamorado de sus campanas (Libro de Feria, 1968); aquellas que fueron fabricadas en Villanueva de la Serena e instaladas en la torre de Quintana de la Serena en el año 1947 (Casco Arias, 1961:222). Además, Juanillo era quien tocaba la tambora, saliendo <<muy temprano con golpes rítmicos, que hacían vibrar los cristales de las ventanas para que se despertaran los cofrades>> que rezaban el rosario por las calles antes de asistir a misa de aurora todos los domingos. Una costumbre que según nos dice Casco Arias en 1961, había perdurado <<hasta hace poco>> (Ibidem, 227). También, y como nos relata J. A. Chacón en su libro “El Dañino Soplo del Solano”, se encargaba de llevar a las casas el Buen Amigo (Chacón, 2012: 542), revista de propaganda religiosa-social con censura eclesiástica, de distribución semanal (domingos). Junto a Rangel, Juanitín y Juan el Sargento, uno de los cuatro “Juanes” de la “Torre de los Cuatro Juanes”. Sabemos de la existencia de un poema que el profesor Agustín García Calvo, cuando estuvo en Quintana, escribió a Juanillo (Victoriano Rodríguez Dávila).
JUANITÍN.- (Don Benito 23-9-1914 - Quintana de la Serena, 28-2-1979). Juan F. Quirós Banda, conocido por Juanitín, desde su paso por el fútbol dombenitense. Cursó estudios en la Escuela de Artes y Oficio de Don Benito, localidad desde la que vino a Quintana después de finalizada la guerra civil, en la que participaría con el grado de teniente en el ejército republicano. Contrajo matrimonio con Teresa de Tena y había llegado acompañado de sus tres hermanos, Pepe, Sebastián y Alfredo; los dos primeros se establecieron y casaron en Quintana, Alfredo, emigró a Venezuela. Maestro de obra del Ayuntamiento, intervino en las principales obras llevadas a cabo durante el franquismo, como las reparaciones y reformas llevadas a cabo en la iglesia, construcción de la nueva torre, plaza de abastos, antiguo costurero, parque de la plaza de Hernán Cortés, campo de futbol, las escuelas de la Ermita. También en algunos edificios privados como el antiguo bar Alcázar, la casa de los Nogales, la casa de Inés Barquero…Conocido es el dato anecdótico de cómo se encaramó a la torre una vez culminada la obra y como lo vieron puesto de pie en lo alto de la bola (Carmona Barquero, 2015: 45-52).
Referencias bibliográficas y fuentes documentales:
-CARMONA BARQUERO, Bibiano: Hilvanando Recuerdos. Editamás, 3ª ed. Badajoz, 2015.
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ, Calle.- Posiblemente, antigua calle Piña, calle Calvo Sotelo durante el franquismo. Entra a formar parte del conjunto de calles pertenecientes a la división de distritos realizada en marzo de 1891: <<Segunda sección de dicho distrito.- Local para la elección: Santa Ermita.- Comprende las calles, […] Amargura, Piña, Caganchas>> (BOP 14/04/1891). Y aparece en: <<Un circuito cerrado de distribución o red de contura que recorre las calles […], Piña, Ramón Torrijos y Plaza de Hernán Cortés>> (BOP 5/Enero/1925).
Actividades comerciales y profesionales
En el número 1, haciendo esquina con la calle Espronceda (Amargura), estuvo el comercio de tejidos, paquetería, coloniales y muebles de Pedro Bellot González, y luego su sucesor Hijo de Pedro Bellot. Después, con el local reformado, hubo varios negocios como el bar de Grego, la tienda de Isabel la Equivocá, otra tienda de Mari Carmen, un negocio de máquinas recreativas y la Autoescuela. En la misma acera y esquina con la actual calle Severo Ochoa (Cagancha), el comercio de tejidos de Antonio García, luego Ventura García y, por último, el hijo de este, Antonio García García. Destacar la ubicación en esta calle de un conocido y recordado establecimiento, El Cañaveral, precedente de la discoteca de verano que no llegaría a Quintana hasta la segunda mitad de la década de los setenta. En la actualidad solo encontramos dos actividades comerciales: joyería Maribel, en el solar donde estuvo El Cañaveral; y la tienda de Juan Antonio Bueno Pozo.
JUAN XXIII, Calle.- Nombre actual de la antigua calle Cerros de Gómez (BOP 04/05/1871); <<Tierra en este término en los Cerros de Gómez, linda por Oriente, Arroyo de los Mártires, Occidente Camino de Malpartida, Sur Camino de Laguna Vieja y Norte con Victoriano Sánchez Tena>> (BOP 24/06/1903). También era conocida por Vereda de los Recoveros, como nos cuenta Diego Rodríguez en uno de sus libros: <<Hoy seguro que ni los que viven en ella saben que aquella calle antes se llamaba la Vereda de los Recoveros. Hoy llegan las casas hasta allí justamente, y se llama Calle de Juan XXIII, aunque por lo que más se conoce es por los Cerros de Gómez>>(Rodríguez/Zavala, 1999: 15-16). Entre las actividades, una posible antigua tenería al final de la calle y, más recientemente, la fábrica de bloque de cemento para la construcción que estuvo regentada por Ángel Martín Tena.
Referencias bibliográficas y fuentes documentales:
-Boletín Oficial de la Provincia de Badajoz, Colección Histórica. Diputación Provincial.
-RODRÍGUEZ ORELLANA, Diego y Antonio ZAVALA: (1999) Aprendiz de gañán. Biblioteca de Narrativa Popular. Editorial Sendoa. Oyarzun (Guipúzcoa).
JUEVES DE COMPADRE.- Fiesta tradicional muy arraigada en Quintana de la Serena que se celebra un jueves de enero o febrero, dependiendo de la festividad del Carnaval (dos jueves antes del Martes de Carnaval) y la Semana Santa (sesenta días antes del Domingo de Resurrección). Su origen se relaciona con la mitología y festividades celtas, como el Imbolc y el dios Cernunnos, portador de un torque que se asemeja al típico rosquete.
La fiesta consiste en pasar el día en el campo, en compañía de familiares y amigos, bien en cortijos y casas de campo o en los lugares de costumbre como la Estación y el Puente de Hierro; antes también era costumbre ir al Puente Tres Ojos y La Guarda.
Los productos típicos son las rejeñías, que se elaboran con harina, manteca, azúcar, canela, miel, matalahúva y se adornan con almendras; y los rosquetes de pan, que llevan incrustados uno, dos o varios huevos cocidos; se solían acompañar con productos procedentes de las matanzas, como el salchichón, y vino que se portaba en botas y garrafas. De antaño se dice que existía la costumbre de la compadrá, invitación de los padres del novio a la futura nuera (P. Rodríguez, 1999).
Don Juan el Médico en su libro Geobiografía e historia de Quintana de la Serena, escrito en 1961, nos hablaba de este día: <<De las excursiones, la más típica es la del Jueves de Compadre, que se celebra el Jueves antes del Martes de Carnaval; durante la víspera ya se aprecia cierta agitación del personal joven, trazando los planes y preparando los rosquetes con el clásico huevo intercalado. El jueves por la mañana temprano ya está en pie toda la juventud y, después de aderezar las caballerías, los carros, camiones o tractores, salen cantando los grupos de jóvenes de ambos sexos para la estación, La Guarda, las casas de campo o las majadas, sin importarles que llueva o haga frío. No solo es la juventud la que va de excursión, sino que van numerosas familias enteras; se cierran los casinos, tabernas, comercios y demás establecimientos, y de las once de la mañana a las cinco de la tarde las calles quedan desiertas y el pueblo da la impresión de soledad, de abandono. Al regreso entran los grupos en el pueblo, alegres y cantando, terminando la fiesta con algún herido por imprudencia o por haberse excedido en la bebida (Casco Arias, 1961: 296-297).
A principios del siglo pasado, lo hacía Isaías Coronado de esta forma: <<Costumbre típica y tradicional de este pueblo, es celebrar el jueves de compadres con giras al campo, donde se derrocha buen humor, vino y alegría, lo general de la gente se ha dirigido a la estación del ferrocarril que como es sabido ocupa uno de los sitios más pintorescos y amenos de este término y donde se tenía la novedad de los primeros trabajos en el necesario y útil camino que ha de hacer podamos servirnos de nuestra estación que hasta ahora era parodia de dicho clásico TENÉIS LA PUENTE SIN RÍO. El día de sol espléndido anima más a la diversión y algazara y bajo cada corpulenta encina hay un corro con guitarras, laudes y variedad de instrumentos, donde se baila y canta con animación. Un tren aparece raudo y la algarabía aumenta el agitar de pañuelos y el mostrar de botas repletas de vino, así como de estos embutidos extremeños que con razón gozan de fama mundial, pues en ningún sitio son tan sabrosos y nutritivos. Los viajeros sostienen sorda lucha con el deber que los impele a seguir su ruta y el torturador deseo de quedarse entre esta buena gente que pródiga los invita a disfrutar de sus meriendas. Una nota inesperada nos hace terminar el día con satisfacción inmensa, y es que al llegar a la casa del chantre, nos dice una bella amiga, que vamos a oír cantar como no podemos esperar, y en efecto, nos presenta a otra joven, morena, que por esta vez no es sevillana, sino extremeña y bien extremeña, de la Serena, de lo más extremeño de Extremadura, como si dijéramos, de ojos garzos y saludables colores, que tras alguna resistencia lanza unas canciones y coplas, con voz potentísima y agradable, vocalización perfecta y una resistencia física inagotable, después de escuchar los parabienes merecidísimos que todos le tributamos, me dice es de Villanueva, y se llama Lorenza Romero. Tengo la seguridad que el activo corresponsal del CORREO EXTREMEÑO no ha tenido noticia de que en sus lares hay joya de tanto mérito, pues seguramente la hubiera dado a conocer, y quizá alguna persona pudiente se hubiera encargado de la educación musical de esta joven, que puede pasear en triunfo el nombre de su pueblo, con poco que por ella se haga. Así es de esperar de la gran ciudad de la Serena. ISAÍAS CORONADO>> (Correo extremeño, 1928:7).
Referencias bibliográficas y fuentes documentales:
-Pares. Biblioteca Virtual de Prensa Histórica. Correo extremeño. Año XXV. Número 7463, 14 de febrero de 1928, pág. 7.
-RODRÍGUEZ. Pedro: Cosas de mi pueblo. Edición del autor. Quintana de la Serena, 1999).
JUNCO.- A lo largo del río Ortiga se desarrolla un denso juncal con algunas variedades del género Juncus, como el junco espinoso (Juncus acutus), junco de bohonales (Juncus acutiflorus), junco de esteras (Juncus effussus var. subglomeratus) y Juncus articulatus); y del género Scirpus, como el junco churrero (Scirpus holoschoenus).
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