FARMACIAS.- Durante el siglo XVIII, observamos la ausencia de boticarios en Quintana de la Serena. En la pregunta 32 del Catastro de Ensenada en 1752, sobre <<tenderos, médicos, cirujanos, boticarios, escribanos, arrieros, etc.>>, se contesta: << … Que ay un Medico sin salario que se le considera de utilidad por lo ynzierto y salidas à otros Pueblos dos mill y doszientos Reales. Un Barbero y Sangrador llamado Diego Calbo...>>. En el Interrogatorio de la Real Audiencia en 1791, igualmente, apreciamos la ausencia de boticario: <<Que hay medico y un sangrador que suple por zirujano, sin mas dotación que las igualas con los vecinos>>.
La relación de farmacéuticos que aparece en Casco Arias es la siguiente: José González (1859), Juan Manchego (1829), Gerardo Santos García, Victoriano Barquero, Víctor de la Cruz, Ricardo García, Diego A. Martín García, Manuel Sánchez, Pascasio Díaz Hidalgo-Barquero, Pedro Gómez-Coronado, Miguel Dávila Gómez, Manuel León Barquero y Carlos Barquero Barquero (Casco Arias, 1961: 289).
Durante el siglo XIX, encontramos como boticarios a José González, en la calle Plazuela, y a Juan Manchego (Legajo. 375-8, pág. 10. Padrón de vecinos de Extremadura. 1829; Casco Arias, 1961: 289). En esta misma fuente encontramos como Mancebo de botica a Alonso Calderón (Plazuela. L. 375-8, 10. Padrón de vecinos de Extremadura. 1829). Para mediados de este siglo, disponemos de la Contribución industrial y de comercio, 1852, donde aparecen como boticarios: Gonzalo Plaza, en calle Plazuela, y Pedro León de Nogales. Y ya en las últimas décadas de siglo: Rafael Gómez Coronado, Diego Murillo Balsera, Juan Ortiz Balsera, Juan Lorenzo Ortiz, Rafael Ramos Huertas (Anuario del comercio…, 1881). En 1881, siguen: Francisco Berrocal, Víctor de la Cruz y Dávila, Santos García Murillo, Juan Victoriano Barquero. En 1886, los mismos excepto Francisco Berrocal. Por su parte, Cecilio J. Venegas, sobre el Anuario-Almanaque del Comercio de la Industria, de la Magistratura y de la Administración Bailly Bailliere, 1880, recoge las farmacias de Francisco Berrocal, Víctor de la Cruz Dávila, Santos García Murillo y Juan Victoriano Barquero (Anexo VIII, p. 1.172).
A principios del siglo XX aparecen las farmacias de Víctor Cruz (en Casco Arias, figura como Víctor de la Cruz, pp.158, 289); Ricardo García (recogido por Casco Arias, pp.16, 289); Juan Nieto (Anuario Riera, 1905). Tres años más tarde, siguen: Víctor Cruz y Ricardo García; apareciendo Victoria Barquero (Anuario Riera, 1908). Casco Arias nos dice que <<D. Pedro Gómez-Coronado, fue farmacéutico de esta villa a principios del siglo actual>> (p.164); sería, Pedro Gómez-Coronado Gómez-Coronado (1899-¿?), hijo de Rafael Gómez-Coronado Baquero de Murillo (1867-1939). Por su parte, Cecilio J. Venega, sobre el Anuario Médico de España. Año 1906. Lista de Farmacéuticos: Víctor Cruz, Ricardo García y Juan Vieto (sic) (Anexo XII, p. 1.240); y sobre el Censo para participar en las elecciones del Colegio de 1914: Ricardo García Ortiz (Anexo XII, p. 1.246). En 1913, Diego Antonio Martín Balsera (1890-1913). Incluimos la relación completa de Casco Arias en su libro: José González (1829), Juan Manchego (1829), Gerardo Santos García, Victoriano Barquero, Víctor de la Cruz, Ricardo García, Diego A. Martín García, Manuel Sánchez, Pascasio Díaz Hidalgo-Barquero, Pedro Gómez-Coronado, Miguel Dávila Gómez, Manuel León Barquero y Carlos Barquero Barquero (Casco Arias, 1961: 289).
En el año 1919, aparece un curioso anuncio publicitario en el periódico Correo de la Mañana, donde se indican las farmacias donde se puede adquirir Plasmodiuncidina, aquellas famosas “píldoras de los mosquitos” que prevenían de <<toda infección gripal>>. Aquellas farmacias eran las de don Manuel Sánchez y la de don Pascasio Díaz (Correo de la Mañana, 1919. Núm. 1.694,). Sabemos que la farmacia de Manuel Sánchez estuvo en la plaza de España, en la casa que hacía esquina con la calle Costanilla, hoy desaparecida e integrada en el supermercado de Los Chicheros.
Como Inspectores Farmacéuticos Municipales según Real Orden de 17 de diciembre de 1930, aparecen: Manuel Sánchez de Tena y Pascasio Díaz Hidalgo-Barquero (Venegas Fito, 2017: 1.255). Los mismos, aparecen en la lista rectificada de los señores farmacéuticos colegiados de la provincia de Badajoz en noviembre de 1931 (Ib., Anexo XVI, p.1.260). También como Inspectora Farmacéutica Municipal en nuestra localidad, Matilde Díaz Barquero.
En el año 1931, figuran en el epígrafe de Farmacias del Anuario Bailly-Baillière Riera, los siguientes farmacéuticos: Miguel Dávila (en Casco Arias: D. Miguel Dávila Gómez. Pág. 289; farmacéutico de Zarza Capilla, pág. 160). Aparecería ya en 1927: Miguel Dávila Gómez (BOP 30/09/1927); Pascasio Díaz (en Casco Arias: D. Pascasio Díaz H.-Barquero, pág. 289); y Manuel Sánchez (también en Casco Arias, pág. 289).
Ya, iniciando la segunda mitad del siglo pasado, vemos que sigue <<Pascasio Díaz Hidalgo-Barquero. Farmacéutico>> (Anuncio publicado en el Boletín del Colegio Nacional de Secretarios, Interventores y depositarios de Administración Local, núm. 37, nov. 1947). Pascasio Díaz Hidalgo-Barquero. Farmacia. Generalísimo, 12 (L F, 1951). Por su parte, Cecilio J. Venegas recoge, en Colegiados y farmacias en 1947, a Pascasio Díaz Hidalgo-Barquero y Manuel León Barquero (Anexo XVIII, p. 1.266). Vemos que la farmacia de don Manuel León Barquero, todavía se encontraba en estos años en la casa sita en la plaza de España, 23; trasladándose más tarde a la calle Espronceda (LF 1951). En 1961, don Carlos Barquero Barquero, aparece en la relación de don Juan Casco Arias (p. 289). A partir de esta década veremos las tres farmacias que ejercieron su actividad durante la segunda mitad del siglo XX, y que fueron: Manuel León Barquero, en el actual número 11 de la calle Espronceda; Carlos Barquero Barquero, desde 1957, en el actual número 13 de la plaza Hernán Cortés (Venegas Fito, 2017: 1.321); y Matilde Díaz Barquero, desde 1962, en el número 12 de la calle Cacería (Ib.; LF 1966). En la actualidad esta última es la que permanece en su ubicación original.
La relación incluida para el año 2016, en Cecilio Venegas es la siguiente:
-Joaquina Sanz Cabello 10/06/2014, en Cacería, 12, siendo los antecesores: Francisco Javier Gómez-Coronado Díaz, 1996; Matilde Díaz Barquero, 1962; Pascasio Díaz Hidalgo-Barquero, 1921 (Anexo XXIV, p. 1.321).
-Consuelo Noblejas López 20/02/1988, en Plaza de Extremadura, 1; antecesor: Manuel León Barquero, 1942 ? (Ib.).
-Jacinta Dávila Mata 20/05/1988, en plaza de Hernán Cortés, 11; antecesor: Carlos Barquero Barquero, 16/12/1957 (Ib.).
Recientemente, esta última farmacia cambia de titular, siendo en la actualidad: María Teresa Sánchez Cáceres.
Otros farmacéuticos: Antonio Gómez-Coronado Gómez-Coronado, en La Haba; José Antonio Martín García, Vicenta Gómez-Coronado León, Rafael Gómez-Coronado León, Guillermo Díaz Barquero, Alejandro Barquero Fernández, María del Carmen Chacón Dávila (Anuario Oficial de Farmacéuticos de Badajoz, 1999-2000). Ana María Lambea de Jesús…
En Historia de la Educación en Quintana de la Serena (1645-2001), Francisco Manzano Valor, nos dice que hubo una farmacia en la actual calle Vasco Núñez (Mercado de Abastos), donde trabajó de mancebo José Quintana Cabezas de Herrera que tenía su domicilio en la calle Mártires, 5 (Manzano, 2024:166).
Referencias bibliográficas y fuentes documentales:
-VENEGAS FITO, Cecilio José y RAMOS CARRILLO, Antonio: Boticarios y boticas en de Badajoz y provincia. Colegio Oficial de Farmacéuticos de Badajoz. Colegio Oficial de Farmacéuticos de la Provincia de Badajoz. Vol. I y II. Badajoz, 2017
-Estudiantes universitarios de farmacia en el s. XIX, recogidos por Cecilio J. Venegas Fito (Anexo III, pág. 1153): Juan Victoriano Barquero Barquero (1867/1870); Valentín Blázquez Díaz (1870/1875); Antonio Morillo-Velarde Hidalgo-Barquero (1888-1895); Lorenzo Nogales Ortiz (1896/1897).
-En el libro de don Juan Casco Arias, encontramos la siguiente relación de farmacéuticos: José González, Juan Manchego, Gerardo Santos García, Victoriano Barquero, Víctor de la Cruz, Ricardo García, Diego A. Martín García, Manuel Sánchez, Pascasio Díaz Hidalgo-Barquero, Pedro Gómez-Coronado, Miguel Dávila Gómez, Manuel León Barquero y Carlos Barquero Barquero (Casco Arias, 1961: 289).
Foto: botica del siglo XVIII, Museo de Teruel.
FAVISMO.- Otro de los males, junto al latirismo (véase Almorta), de los años de posguerra, y del que nos habla don Juan el Médico: <<El favismo o intoxicación por habas ha ocasionado bastante morbilidad, sobre todo en épocas de escasez, como sucedió en el año 1941, cuando se ingería gran cantidad de habas por falta de otros alimentos; los intoxicados comenzaron con astenia, inquietud, vértigos, náuseas y vómitos, algunos casos con fiebre y, posteriormente, con ictericia y anemia, y en otros, con hemoglobinuria>> (Casco Arias, 1961: 272).
FERNÁNDEZ.- Según Casco Arias <<apellido antiguo en esta localidad, que aparece entroncado con los principales a través de los siglos…>>, incluyendo en 1656, el presbítero D. Juan Fernández; en 1790, el regidor perpetuo D. Francisco Fernández Godoy; en 1829, el regidor perpetuo D. Juan Fernández León, y el sacerdote D. Francisco Fernández; D. Tiburcio Fernández Sánchez, procurador de los tribunales; Ángel Fernández Murillo, secretario judicial; y D, Eugenio Fernández Murillo, alcalde (1938-1947); Antonio Fernández, poeta, y Avelina Fernández Murillo, jefa de la Sección Femenina de Falange (Casco Arias, 1961: 160-161). Además, Baldomero Fernández Blanco fue alcalde en 1890. Diego Fernández del Río. en 1733 Real Provisión (Nobiliario de Extremadura, Tomo III).
Avelina FERNÁNDEZ MURILLO
Jefa de la Sección Femenina de Falange en Quintana de la Serena (Casco Arias, 1961: 161), y encargada del servicio telefónico de la localidad (Chacón, 2012: 817).
Juan Francisco FERNÁNDEZ TENA
Nacido en Quintana de la Serena, siendo un niño con nueve años se marchó con sus padres, Juan Antonio e Inés, naturales también de Quintana, a Granja de Torrehermosa, donde fue alcalde durante el periodo de 1983-1987. Licenciado en Derecho. Su prodigiosa memoria le ha permitido recitar todos los artículos de la Constitución en dos horas y media, habiendo quedado reflejado en el acta firmada en 1999 por el notario Manuel Mariño Vila, en la localidad de Azuaga (Hoy, 14/12/ 2016).
FERNÁNDEZ DE LA VEGA.- En Nobiliario de Extremadura aparecen: Francisco Antonio Fernández de la Vega. Promotor Fiscal de Cáceres, 1865. legajo 13.294; Antonio Fernández de la Vega y Martín-Rayo. Promotor Fiscal de Badajoz, 1866, legajo 13.303.
FERNÁNDEZ-LADERO.- En Nobiliario de Extremadura se dice que es apellido <<con casa en Quintana de la Serena […] En el exp. de la Orden de Alcántara de 1845 constan Armas. Cuartelado: 1º., un león rampante, alterado; 2º., un castillo, surmontadas sus torres laterales de una flor de lis cada una; 3º., un castillo, en cuyos cantones figuran los siguientes monogramas: diestro, O.A.E., siniestro, A. M., en punta una O. y 4º., un león rampante. Entado en punta y caído, una granada>>. Aparecen: Alonso Fernández-Ladero, en 1806 Regidor Noble; Diego Fernández-Ladero, P.N. Elector N. en Oficios de Justicia en 1733. Familiar del Santo Oficio, Regidor Noble, padre de Bartolomé Fernández-Ladero casado con Catalina García Cortés.
<<En Quintana de la Serena (…) que su madre era pariente del Príncipe de la Paz por el apellido de Godoy, apellido con Ejecutoria, giraron visita al archivo parroquial, al del Ayuntamiento, y a la casa vivienda de don Alonso Fernández-Ladero para conocer el escudo de armas de este apellido, lo que les permitió encontrar, en el primero de ellos, la partida de bautismo de don Bartolomé Fernandez-Ladero Morillo, bisabuelo materno paterno del pretendiente, que le fue administrado en 1695, y la de matrimonio del dicho don Bartolomé, en estado de viudo de doña María Dávila, con doña Catalina García Cortés en 1724. Del segundo nada lograron, <<pues debido al desorden de los papeles de su Archivo municipal, en él era imposible encontrar nada>> de lo que se buscase. Y respecto al reconocimiento del escudo de armas de la varonía de Fernández-Ladero, levantaron la correspondiente acta en la que expresaron que, <<tomadas noticias de las personas que aun los conservan, reconocidos algunos que notoriamente fueron de individuos de su familia nos acercamos a las casas de D. Alonso Fernandez Ladero en la calle llamada de la Carrera que es el que se presenta más claro y menos borrado por el tiempo y por cima de la portada hallamos un escudo de armas de cantería sin morrión y adornos en relieve, el qual contiene a la derecha la portada de un castillo con barbacana y almenas y a la izquierda en la misma línea un león rampante y en razón inversa en la parte inferior del escudo otro castillo sin portada a la izquierda y el león rampante a la derecha, admitiéndose que al lado superior del castillo de la derecha se ven dos flores de lis una a cada lado y a los lados del castillo de izquierda las letras AE y las de AM mayúsculas, de cuya figura, relieves y demás sacamos a mano un dibujo para después copiarlo de mano de pintor como nos reservamos hacerlo>>; lo que también hicieron, pues lo adjuntaron a las actuaciones, como acordaron
(…) <<Ramo de documentos que acreditan la legitimidad y nobleza de los ascendientes de la Sra. Doña María Nicolasa Fernández Murillo de Cáceres y Godoy, muxer del Sr. Brigadier de los Reales Exercitos Don Francisco Xavier de Santisteban, Cavallero del Avito de Alcantara y Gobernador del Partido de La Serena, acreditándose por ellos se dha. Sra. sexta nieta de Don Francisco de Godoy y Doña María Romero, sextos abuelos del Exmo. Príncipe de la Paz>>.
En cabeza de ese <<Ramo de documentos>> está, testimoniada, la Ejecutoria de Hidalguía de sangre del apellido Godoy, litigada en 1553 contra el Concejo de Quintana de la Serena ante la Real Chancillería de Granada por don Francisco de Godoy y don Diego de Godoy hermanos, naturales y vecinos de dicha villa, que terminó por sentencia ejecutoria dictada a favor de los mismos el 14 de diciembre de 1566, inmediatamente obedecida por la villa. Consta de ella que Francisco de Godoy, de treinta años de edad, estaba casado con María Romero, hija de Bartolomé Romero, y Diego de Godoy con Teresa García, hija de García de Nogales; que ambos, Francisco y Diego de Godoy, eran hijos de otro Francisco de Godoy casado con María García, hija de Hernando García, y que éste Francisco, a su vez, era hijo de Alonso de Godoy y de María de Herrera.
Tras la Ejecutoria reseñada, obran también en este <<Ramo de documentos>> las partidas sacramentales de la Parroquia de Quintana de de la Serena siguientes: la de bautismo de Bartolomé Fernandez-Ladero Murillo de 1695; la de bautismo de Diego Fernández-Ladero de 1664; la de matrimonio de Bartolomé Fernández Ladero y Catalina García Cortes de 1724; la de matrimonio de Diego Fernández Ladero y María Murillo Godoy de 1687; la de matrimonio de Pedro Sánchez Godoy y Catalina Murillo de 1663; […]>> (p. 710)-
Referencias bibliográficas y fuentes documentales:
-BARREDO DE VALENZUELA Y ARROYO, Adolfo /Ampelio Alonso de Cadenas y López: Nobiliario de Extremadura. Tomo III. Revista Hidalguía, Madrid, 1998.
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-https://www.hoy.es/.../memoria-portentosa-certificada... FERNÁNDEZ DE LA CRUZ, José Severiano.- (Quintana de la Serena, 1963). En el año 2013, pasó de regentar un bazar en Quintana de la Serena (El Barato) a fabricar cerveza en Villanueva de la Serena. Reside en esta localidad y allí abrió una taberna donde sirve sus diferentes tipos de cervezas bajo la marca Sevebrau. “Seve, maestro cervecero”, es el título del artículo dedicado por J.R. Alonso de la Torre a nuestro paisano en el que empieza diciendo: <<Mañana jueves, hace un año que Seve sacó al mercado su primer litro de cerveza. Desde el 26 de junio de 2013, ha elaborado otros 24.999 litros y ha lanzado seis cervezas diferentes. Seve es el maestro cervecero extremeño más conocido y el primero que hubo en la región […] Aprendió a elaborarla en los foros de Internet>> (J. R. Alonso de la Torre. Hoy, 25.06.14).
FERNÁNDEZ MURILLO,
Eugenio.-
Presidente de la comisión gestora nombrada durante la guerra civil española y
primer alcalde del franquismo. Fue destituido en 1947, por negarse a realizar
la entrega del trigo almacenado en la antigua fábrica de harina: <<La Gestora del Ayuntamiento,
presidida por D. Eugenio Fernández Murillo, había sido nombrada en Badajoz, y
comenzó su labor de reconstrucción inmediatamente después de la liberación […]
Don Eugenio Fernández siguió al frente de la Gestora con buena actuación, hasta
que fue depuesto en el año 1947, a consecuencia del siguiente incidente: La
Autoridad superior había ordenado la retirada del trigo depositado en la
fábrica de harinas, a lo que el alcalde se opuso alegando que lo necesitaba el
pueblo; ante esta actitud se personaron un jefe y un oficial del Ejército,
originándose un motín que quedó resuelto sin violencias […] fue alcalde de esta
villa desde el año 1938 a 1947 y, posteriormente, diputado provincial>>
(Casco Arias, 1961: 140,141, 161). Una de sus primeras actuaciones fue la de
abrir la estación de ferrocarril, donde <<hizo
estacionar un tren cargado de pieles de contrabando, poniéndolo todo a libre
disposición del pueblo con lo que fomentó la economía local y alguna que otra
industria>> (Eugenio Á. Fernández León, Facebook, 2021). Reformó la
Casa Cuartel del Frente de Juventudes en 1939 (Casco Arias, 1951: 241) y
reconstruyó el edificio del Ayuntamiento. A mediados de los años cuarenta,
construyó el parque en la actual plaza de Hernán Cortés eliminando el antiguo
pilar (Ib., 42, 141). Durante su mandato se elevó la nave central de la iglesia
y se levanto la nueva torre, instalándose las campanas el año que cesaría como
alcalde, 1947 (Ib., 222).
FERNANDITO “EL PELLIQUERO”.- Fernandito "El Pelliquero". Andaba de un lado para otro cubierto con sus oscuros harapos, el rostro renegrido, la gorra calada y el sempiterno saco colgado al hombro, en cuyo bulto se adivinaban las pieles que daban origen al mote que completaba su nombre, curiosamente siempre mencionado con un diminutivo que en modo alguno constituía una muestra de cariño, ni siquiera de conmiseración, hacia el personaje.
Siempre fue objeto de las burlas de los muchachos del pueblo, que, envalentonados, competían para ver cuál de ellos lo abucheaba y lo injuriaba con más vehemencia, con esa crueldad gratuita que suelen conciliar los infantes con grandes dosis de inocencia y candor, ante la sonrisa cómplice, cuando no la risa abierta, de los hombres, que se miraban entre ellos llevándose el índice a la sien, convencidos de que un "loco" no llega siquiera a ser una persona, transmitiendo esa insidia a los más pequeños. Solamente las mujeres, por naturaleza propensas a la caridad y la compasión, esbozaban un gesto de desaprobación mientras trataban de impedir que la mofa continuara, que una vez tras otra el coro de voces entonara la repetida cantinela: Fernandito el Pelliquero / se acuesta en un baúl, / respira por un bujero / gato, miau, sape, fú.
Y Fernandito continuaba su marcha, impertérrito, como si no fuera consciente de ser el centro de todas las miradas, de todos los comentarios, de toda la crueldad... Y de tanto en tanto, se paraba y elevaba la mirada al cielo, como lo hace un loco a decir de la gente; aunque también pudiera ser como lo hace un místico. Alzaba su cara afilada con el gesto transido, el mismo que transfigura el rostro de los santos y los frailes inmortalizados por el Greco o Zurbarán en ese instante de comunión con su Altísimo, con ese Dios que los atormentaba o los elevaba al éxtasis más absoluto, e iniciaba quién sabe si un monólogo o una conversación con alguien que lo escuchaba en las alturas, quizá pidiendo justicia que reparara el expolio de su casa que él achacaba a la administración, o quizá simplemente pidiéndole a Dios que perdonara a quienes lo hostigaban, que, al fin y al cabo, eran unos pobres locos que no sabían lo que hacían. A. Ortiz (Antonio Ortiz Díaz).
FERRETERÍAS.- A principios del siglo pasado encontramos las ferreterías de Venancio Cruz, Manuel Fernández, Juan Ortiz y Santos Díaz (1905-1908). En 1931 figuran en el epígrafe de ferreterías del Anuario Bailly-Baillière y Riera: Pedro Casasayas, Venancio Cruz y Venancio Nieto. En 1951, aparecen las ferreterías de Pedro Casasayas; Ferretería Nuestra Señora del Pilar, de Pedro Díaz Barquero, en calle Costanilla, 4; y “Santa Teresa de Jesús”. Ferretería, Paquetería, Perfumería y Coloniales. Plaza de Hernán Cortés, 11 (L F 1951). En 1956, Pedro Díaz H. Barquero. Ferretería, en calle Costanilla, 4 y Diego Martín Robledo (“Tito Antonio”, núm. 1). Esta última, antes de instalarse en la planta baja del edificio de F. Godoy, estuvo en la casa número 1 de la calle Miguel Barquero, con entrada por la fachada lateral que mira a la plaza de Hernán Cortés. En 1966, Diego Martín Robledo. Ferretería. Hernán Cortés, 13, Vicente V. Dávila Barquero. Ferretería (L F 1966). En 1975, Diego Martín Robledo (LF 1975). Miguel Martín Fernández-Freire. Ferretería. General Mola, 3. Ferretería ROBLEDO, Severo Ochoa, 3 (LF 1985). Cooperativa del Campo N. S. de los Milagros. Material agrícola. Ferretería, etc. Zurbarán, 18 (LF 1998). Ferretería ROBLEDO. Severo Ochoa, 3. Emiliano Sánchez García, en calle Abajo, 17. Ferretería (L F 2007). Eleuterio Dávila Deogracias, en Zurbarán, 28. Narciso Cáceres Rocha, en calle Cacería, 2. Ferretería Morcillo, en avenida de la Constitución. Estas dos últimas, siguen en la actualidad.
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